En las ciudades que van desde la India a Irán siempre hubo, muchos siglos antes de la invención del frigorífico, una floreciente industria del hielo. Los artesanos fabricaban grandes cantidades de hielo incluso en pleno verano gracias a unas piscinas de cerámica que se llenaban con unos dedos de agua.
El recipiente, al aire libre y aislado del suelo con grandes cantidades de heno, conseguía congelar el agua gracias al mismo principio natural que genera el rocío o la escarcha, lo que llamamos 'refrigeración radiativa'. Los refrigerados y los aires acondicionados enviaron estas técnicas al cajón de las curiosidades históricas, pero ahora, cuando el cambio climático empieza a mostrar sus cartas, algunos científicos quieren traerlo de vuelta.
Frío polar a temperatura ambiente

En 2016, el 5% de todo el gasto energético del planeta era producido por los sistemas de refrigeración. Eso no solo suponía el 12% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (que no son dióxido de carbono), sino que consumía más de 29.000 millones de dólares. Y la tendencia no para de crecer.
El mejor ejemplo quizás sean las ciudades chinas que pasaron de tener aire acondicionado en el 8% de las casas en 1995 al 70% en 2004; pero podemos verlo en todos los países en vías de desarrollo donde las ventas crecen en torno al 10-15% anual. Las estimaciones nos hablan de 700 millones de aires acondicionados en los próximos 15 años y 1.600 millones antes de 2050.
Eso ha hecho que muchos investigadores miren a técnicas milenarias como las de la 'refrigeración radiativa' para tratar de crear sistemas que consuman mucha menos energía. Sin embargo, el problema no es trivial. La idea básica se basa en que la superficie de la Tierra emite radiación de onda larga (infrarrojos) para compensar la absorción de la radiación de onda corta del Sol, la luz visible. En las noches despejadas y sin viento, es sencillo hacer lo que hacían los "hieleros" indios e iraníes, congelar agua incluso cuando la temperatura del aire no baja del punto de congelación.
La dificultad de sacarle partido a este fenómeno
El problema es que a nivel industrial es muy difícil encontrar sistemas que nos permiten utilizar estos principios justo cuando más los necesitamos. Al fin y al cabo, la mayoría de materiales absorben suficiente luz durante el día como para compensar completamente el efecto del enfriamiento nocturno. Los arquitectos llevan décadas desarrollando soluciones que permitan aprovechar este tipo de fenómenos físicos.
Pero lo que queremos es llevarlo un poco más allá. En este sentido, una de las empresas más prometedoras es SkyCool Systems. Una spin-of de la Universidad de Stanford que está tratando de crear materiales que absorban, emitan y reflejen el calor en el equilibrio correcto.
El resultado, aún en desarrollo, es un panel de metal plano muy parecido a los paneles solares al uso. Según explican, este panel está recubierto con un material que refleja la luz y el calor del sol de manera tan efectiva que bajo la película la temperatura puede caer entre 5 y 10 grados con respecto a la temperatura ambiente. En su sistema una red pe pequeñas tuberías circulan a través del panel para enfriar el fluido y mandarlo a los sistemas de refrigeración.
Parece algo difuso y tiene numerosos problemas asociados. Porque, más allá de la viabilidad (económica y técnica) de estos sistemas, estamos planteando "llenar las ciudades de espejos". Hoy por hoy, las soluciones empiezan a aparecer y por primera vez en décadas podemos ser optimistas con este tipo de sistemas. Ahora mismo, no es una tecnología que te dejará helado, pero tiempo al tiempo.
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Usuario desactivado
Tampoco hace falta irse hasta persia. En Cataluña y todo el levante son habituales los 'pous de glaç' que eran lo mismo.
Lo unico es que si que podian usar nieve mas a menudo y helaba mas, pero tambien tenian unas balsa planas cercanas donde cuando 'cae la helada' en las noches serenas se formaba el hielo y de madrugada lo cortaban y lo tiraban al pozo. Aun lo explican los de las masias, de sus abuelos.
Luego en verano se llevaba por la noche en carros con paja hasta por ejemplo manresa, terrassa o barcelona. Hasta los años 20 aun se hacia.
vodor
Claro, ya que usar el calor para generar electricidad seguro que es mucho menos rentable y ecológico que mandarlo al espacio ….
People tend to hate me 'Cause I never smile
Unido al también GRAN EXITO de Musk en 2030 viviremos en marte. SUBLIME.
victornauta
No sé si nadie se da cuenta de que en el hemisferio sur es invierno cuando en el hemisferio norte es verano y viceversa. Teniendo esto en cuenta se podrían conectar zonas entre hemisferios para aprovechar el doble efecto del ciclo frigorífico, dando calor a la zona fría y quitando calor de la zona caliente.
Es solo una idea, desconozco la viabilidad técnica de un ciclo frigorífico conectando puntos tan lejanos.
Víctor Demóstenes
¿Y merece la pena? ¿Qué tiene de malo una bomba de calor, alimentada por paneles solares fotovoltaicos?
Justo en verano, cuando más calor hace, es también cuando más energía generan los paneles fotovoltaicos y se pueden aprovechar los excedentes para mover la bomba y refrigerar. Y en invierno, los paneles fotovoltaicos servirán para, en parte, mover la bomba de calor para calefactar.
No acabo de ver la ventaja de ese sistema frente a la combinación entre aerotermia + fotovoltaica + suelo radiante.
Al final, si tengo que decidir entre poner un panel SkyCool de esos o un panel fotovoltaico, me decidiré, a priori, por este último, por la versatilidad que ofrece la energía eléctrica.
Usuario desactivado
Pero a nadie le saltan todos los fusibles cuando se le culpa a los refrigerantes fluorados la culpa de la destrucción de la capa de ozono?
Estamos hablando de gases que, si le echamos la culpa al hombre, se generan en la troposfera, que tienen un peso 5 veces mayor que el de la atmósfera, y que, por arte de magia, ascienden por toda la troposfera (10 kmts), superan una corriente de aire que actúa a modo de cortina de aire, y asciende otros 20 o 30 kmts más en la estratosfera en una zona sin ni siquiera corrientes verticales de aire.
Pero es que, el sentido común nos diría, que si algo tiene que ver con la destrucción de la capa de ozono, nuestras ciudades serían desiertos ozónicos, y nada, la realidad se empeña en dictar que tenemos contaminación de ozono en las grandes ciudades, donde en teoría no debería existir ni una gota.
Pero claro, olvidamos lo más importante...una excusa para poner un impuesto. Pero no un impuesto cualquiera, sino EL IMPUESTO. Si mañana subiesen el impuesto a los hidrocarburos, igual la gente deja de comprar coches o coge la bicicleta, o quizá, si pusieran más impuestos al trabajo (cotizaciones a la SS) o al consumo (IVA) igual la gente deja de consumir o de trabajar. Este impuesto es mejor, porque es clave en la conservación de los alimentos. Uno se puede quitar de todo menos de comer, y hay una gran industria de preparación, distribución y venta de alimentos que necesitan del frío y no se puede evitar. Algunos lumbreras están empezando a redescubrir el CO2 como refrigerante (meeec, dicen que esto es malo para el calentamiento global, pero da igual, ya cobrarán otro impuesto), y otros descubren ahora el amoníaco (que será bueno hasta que alguien quede pajarito a la primera fuga)...da igual, ya cobrarán un impuesto.
Es tal la voracidad del impuesto que, cargar una central frigorífica de un supermercado con R-404A (porque haya reventado una tubería) cuesta literalmente más dinero que tirar la central y ponerla nueva (instalaciones nuevas no pagan tasas). A tomar pol...el medio ambiente.
Todo por exprimirnos como a limones.
No cuela, pero vista la gente que empezará a calar aquí, nuestros políticos estarán satisfechos con el trabajo de "concienciación" realizado, y encima le aplaudirán, financiarán unos papers como gusta decir por acá y se irán a la cama satisfechos.
Al menos, yo ya sé que soy un limón, eso que llevo adelantado.