Las multas prometen dispararse en Sevilla en los próximos meses: así es la nueva medida del Ayuntamiento con el carril bus
Pretenden incrementar la seguridad de los conductores y diferenciar bien las vías
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El Ayuntamiento de Sevilla prepara un cambio importante en la forma de controlar el uso de los carriles bus-taxi. El plan contempla instalar cámaras de videovigilancia con lectores inteligentes de matrículas para sancionar a quienes los utilicen sin estar autorizados. Se trata de una medida que busca atajar una práctica muy habitual en la ciudad: aprovechar estos carriles como atajo para evitar los atascos.
Según ha adelantado el ABC de Sevilla, el gobierno local ya trabaja en este sistema automatizado, similar al que emplean los vehículos municipales conocidos como “ponemultas”. Las sanciones podrían alcanzar los 200 euros y estarían gestionadas directamente desde los servidores del Ayuntamiento, en conexión con la DGT y la Agencia Tributaria.
El Consistorio considera que solo la vigilancia tecnológica puede frenar esta conducta. Los intentos previos han fracasado: los separadores de plástico acabaron retirados por seguridad, y las líneas rojas pintadas en la calzada apenas han tenido efecto disuasorio. Por eso, el nuevo sistema se perfila como la opción más efectiva.
Esta iniciativa está vinculada a la futura plataforma del tranvibús que conectará Santa Justa con Sevilla Este. Ese será el primer tramo donde se pondrá a prueba el nuevo sistema. Con más de ocho kilómetros, será un laboratorio clave para comprobar la eficacia del control automatizado. También se prevé su ampliación a otras zonas como Alcosa y la conexión con la Plaza del Duque.
Para prevenir infracciones
Los carriles reservados en Sevilla están regulados por la Ordenanza Municipal de Circulación, aprobada en 2014. Solo ciertos vehículos pueden circular por ellos: autobuses públicos y escolares, transporte especial con pasajeros, motos, ciclomotores y coches eléctricos, pero no híbridos. Además, aunque algunos tramos permiten rebasar la línea para entrar a calles o aparcamientos, no se puede circular por ellos ni detenerse sin justificación.
La vigilancia automática también se plantea como refuerzo para controlar semáforos en rojo y evitar congestiones que afectan al transporte público. El proyecto requiere aval jurídico, ya que necesita la autorización de la Comisión de Garantías de la Videovigilancia del TSJA. La normativa sobre protección de datos ya tumbó intentos similares durante anteriores mandatos municipales.
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Con esta nueva estrategia, el Ayuntamiento pretende ordenar el tráfico en una ciudad donde el mal uso de los carriles reservados complica cada día el trabajo del transporte público. Multas más frecuentes y directas podrían convertirse en la fórmula definitiva para acabar con la picaresca al volante.
El Ayuntamiento de Sevilla prepara un cambio importante en la forma de controlar el uso de los carriles bus-taxi. El plan contempla instalar cámaras de videovigilancia con lectores inteligentes de matrículas para sancionar a quienes los utilicen sin estar autorizados. Se trata de una medida que busca atajar una práctica muy habitual en la ciudad: aprovechar estos carriles como atajo para evitar los atascos.