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Emmy Internacionales

La Moderna, mucho más que una serie diaria: "Esto es más servicio público que entretenimiento"

El próximo día 25, La Moderna, la serie de sobremesa de La 1 estará en Nueva York como nominada en el apartado de Telenovela. Allí estarán Humberto Miró y Luis Santamaría, los padres de la criatura. Un recién nacido que con tan solo un año de vida ha conseguido lo que muchos no llegan a lograr ni en la vejez. ¿Dónde está la clave de su éxito?

La Moderna
Miguel Ángel Muñoz, uno de los protagonistas de La Moderna.RTVE
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Es un día lluvioso y desagradable en Boadilla del Monte, en Madrid. Sin embargo, en los dos platós donde se graban los capítulos de La Moderna, lo desapacible se queda en la puerta. Actores, directores, guionistas y productores van de un lado a otro, de un plató al siguiente, con un café, con un bocadillo, con los rulos puestos... Es un trajín constante de idas y venidas, pero en cada cruce hay un abrazo o una sonrisa. "La Moderna es una fábrica de ficción y el día a día es terriblemente exigente", explica Luis Santamaría, director de Ficción de Boomerang TV y productor ejecutivo. "Y para llevar esa exigencia hace falta mucha ilusión", añade.

Es lo que no le puede faltar a una serie diaria, y es lo que no falta en La Moderna. Aunque la organización de los Emmy Internacionales 2024 —se entregan el lunes 25 de noviembre— ha nominado a la serie para el prestigioso galardón en la categoría de Telenovela, sus creadores y todos los que trabajan allí, aunque sueñan con traerlo a España, consideran que el simple hecho de la nominación ya es un reconocimiento increíble para una serie que nació hace poco más de un año.

"La nominación es un premio que refuerza que se están haciendo bien las cosas, pero aunque no hubiera habido esa nominación, si la gente no viniera cada día feliz a trabajar...", explica Humberto Miró, creador y productor de la serie. "Yo creo que esa es una de las claves de haber sido nominados, que se respira ese buen ambiente, y eso ayuda a que todo salga mejor, incluso cuando hay imprevistos, que los hay", afirma. A lo que se refiere Miró es que, en un equipo de 120 personas, es fácil que un actor se ponga enfermo o que se tenga que cancelar un rodaje en exteriores por el clima. Y ahí es cuando tiene que salir el equipo de verdad, "el que hace que uno tenga que activar otros planes". Solo cuando la gente trabaja a gusto, cuando hay "felicidad", esto puede funcionar.

"No sé si habrá uno o dos a disgusto de las 122 personas que trabajamos en La Moderna, pero me cuesta encontrarlos. Intentamos trabajar con la mayor concordia posible y darle a cada uno su espacio. Y creo, de verdad, que eso se refleja en la serie", cuenta Santamaría.

"Una de las exigencias que tiene una serie diaria es precisamente que tienes que luchar contra el tiempo que no tienes, y es aquí donde te toca agudizar el ingenio"

Luis Santamaría, director de Ficción de Boomerang TV y productor ejecutivo

Rodar una serie diaria ha sido complicado desde que existen las series diarias. Sin embargo, la exigencia del ojo del espectador ha hecho que este tipo de ficciones tenga que readaptarse a un público que ya no se conforma con cualquier cosa. La Moderna se ha ido adaptando durante este año a esa exigencia y a esa capacidad que, por cuestiones de presupuesto, tiene que ser mucho más contenida. Son conscientes de que las grabaciones de una serie diaria no pueden tener el mismo coste que una ficción de prime time semanal. Pero no por eso dejan de ofrecer calidad. Se ajustan y tiran de talento.

"Una de las exigencias que tiene una serie diaria es precisamente que tienes que luchar contra ese tiempo que aquí no tenemos, como se tiene en prime time, y es aquí donde te toca agudizar el ingenio y aplicar toda la experiencia que hemos ido adquiriendo a lo largo de estos años para, con menos tiempo y menos presupuesto, optimizar y que no se resienta la calidad del producto", dice Santamaría.

Así es. Pasear por el salón de té, por la galería, por las viviendas de sus protagonistas, por la entrada del majestuoso cine que han creado ad hoc para La Moderna es el ejemplo de que con poco se puede hacer mucho, siempre y cuando haya talento. En La Moderna "hay mucho". Y, sobre todo, hay mucha responsabilidad profesional adquirida con el paso de los años, con otras producciones, con un trabajo que se fabrica desde la primera hoja del primer guion hasta que se entrega el episodio a RTVE.

En los estudios donde se graba La Moderna hay tres unidades para que nunca se deje de grabar: en una parte, la casa de la implacable familia Pedraza; en otra, los trabajadores, las mujeres, las "sin sombrero", la clase sin privilegios... Porque La Moderna es una serie diaria, una telenovela del siglo XXI, pero basada en un libro que contaba mucho más: Tea Rooms. Mujeres obreras, escrito por la autora española Luisa Carnés y publicado en el año 1934.

"Aunque ahora ya hemos dado nuestros saltos temporales y hemos incorporado nuevas tramas, el espíritu de Luisa sigue vigente. La reivindicación de la lucha de la mujer, de esas pequeñas conquistas del día a día de nuestras trabajadoras... Sí que se mantiene esa lucha común y esa esencia de la serie, que para nosotros es vital mantener porque creemos que en realidad es lo que da vida a la serie", explica Santamaría.

La Moderna
Los nuevos protagonistas de La Moderna.RTVE

De hecho, para los dos productores y creadores, La Moderna "es más servicio público que entretenimiento". O, tal vez, lo correcto sería decir que La Moderna "es entretenimiento al servicio de lo público". "Para nosotros es fundamental reivindicar a esas mujeres que el tiempo llevó a un anonimato pese a su talento increíble. Pero también a las mujeres que podrían ser mi abuela o la tuya", continúa, y añade: "Hay una vigencia de los conflictos que siguen estando aquí: el techo de cristal y tantas otras cosas que aún hoy están presentes".

Ambientada en el Madrid de 1930, la historia retrata una época apasionante a partir del día a día de las trabajadoras y clientes de un salón de té cercano a la Puerta del Sol: nuevos tiempos, grandes transformaciones sociales y, también, espacio para el buen vivir y el glamour.

En el salón de té en el que se centra la historia se observan paradojas y contradicciones. La opulencia del local y la elegancia de la clientela contrastan con la realidad de sus empleadas. Una de las grandes fortalezas de la nueva serie de RTVE es la vigencia de sus historias, que permiten reflejar la sociedad de la época y los sentimientos, que serán el motor principal de sus tramas.

"Lo que nosotros sí creemos es que tenemos un universo lo suficientemente grande y apasionante para que La Moderna siga renovando"

Hace poco más de dos meses, en ese intento que siempre obsesiona a los creadores de las series de que la ficción siga y siga todo lo que se pueda y más, Santamaría y Miró decidieron darle un vuelco a las tramas de la serie y a sus protagonistas. El regreso a España desde Sudamérica de la familia Pedraza convulsionó entonces la vida en La Moderna. Su patriarca, Emiliano Pedraza (Miguel Hermoso), es un despótico terrateniente, amigo de la infancia de don Fermín, que a sus negocios en el mundo de la industria textil va a sumar la propiedad de la galería en la que se encuentra el salón de té. Casado con Maruja (Lola Marceli), su matrimonio es poco menos que una farsa, en la que también interviene, muy a su pesar, Pepita (Diana Palazón), el ama de llaves de la familia.

Los dos creadores confiesan que tuvieron miedo porque era como empezar de cero, pero manteniendo la esencia. Los cambios en televisión nunca son fáciles, pero arriesgaron y acertaron. Desde que llegaron las nuevas tramas y los nuevos personajes, La Moderna ha mejorado su audiencia en una franja muy complicada, pues se enfrentan cada día a la serie más vista de la televisión, Sueños de libertad, y a El diario de Jorge. "El espectador es un espectador fiel", dice Miró, quien añade que "el público espera cada tarde a las 16:30 horas para ver a Carla o ver a Matilde". De eso estaban seguros, pero de cómo acogerían los nuevos cambios, no tanto. "Sinceramente, creo que la serie está mejor que nunca y nos encanta que el espectador lo haya entendido así", afirma Santamaría.

Ya solo queda saber si La Moderna se llevará finalmente el Emmy a la mejor Telenovela o lo hará La Promesa, también nominada y también en las tardes de La 1. Se lleve el premio o no, para los 120 miembros del equipo y para Humberto y Luis, el premio ya se lo han llevado: "Lo que nosotros sí creemos es que tenemos un universo lo suficientemente grande y apasionante para que La Moderna siga renovando. Estamos arropados por el público y lo que queremos es que nos siga queriendo".