El primer martes de noviembre de 2020 fue, además de trascendental en Estados Unidos por la celebración de las elecciones, un día señalado en el calendario de los fans de Britney Spears, pues la cantante se pronunció tras un largo período ausente. Lo hizo a través de sus redes sociales, donde cuenta con más de 26 millones de seguidores, con un mensaje tranquilizador y optimista.
«Hola, sé que se ha hablado mucho sobre mí y que la gente ha dicho muchas cosas diferentes, pero solo quiero decir que estoy bien», expresó la intérprete de 38 años, al tiempo que reconoció que «nunca antes había sido tan feliz».
Se trata de la primera vez que Spears se pronuncia sobre el movimiento #FreeBritney, una iniciativa que busca liberar a la signataria de ‘Toxic’ del control económico y la tutela de su padre -muchos creen que se aprovecha de ella con el pretexto de que no está bien a nivel mental- que el juez ordenó en 2008, cuando fue hospitalizada para recibir tratamiento psiquiátrico, y por la que Jamie Spears se embolsa la friolera de 100.000 dólares al año en concepto de compensación.
Su progenitora, Lynne Spears, por el contrario, es una de las cabecillas de este fenómeno, pues considera ilógico que Britney esté incapacitada para tomar determinaciones sencillas y rutinarias sobre su vida -como contraer matrimonio, conducir su propio coche o ejercer el derecho de voto- cuando mantiene una carrera sólida y una constante actividad laboral.
La incapacidad de Britney Spears es comparable a la de un paciente en coma, según su abogado
El proceso judicial que la artista inició en julio de 2020 con la idea de encauzar su vida y volver a ser una mujer independiente tras más de diez años en los que su padre ha ejercido como tutor y supervisor de su fortuna se ha vuelto contra la cantante. Y es que incluso sus propios abogados, en especial el letrado Samuel D. Ingham III, han puesto en duda sus capacidades, comparando su invalidez para acudir ante un tribunal o firmar un documento legal con la de un paciente coma.
«Britney, hasta el día de hoy, no tiene la capacidad de firmar documentos y tomar decisiones ella sola. Proteger sus bienes es muy importante y, para ello, la tutela tiene que mantenerse, porque es vulnerable a influencias indebidas. (…) Hay personas que pueden estar tuteladas toda su vida… No digo que ese vaya ser el caso de Britney, pero podría pasarle», declaró Andrew Wallet, administrador de la cantante entre 2008 y 2019, a Daily Mail el pasado mes de octubre de 2020.